La verdad a medias y la habitación a oscuras. (Esbozo)


Duelen los segundos que asfixian el aire dentro de las arterias
Duelen los gritos, los ecos de una voz lejana
que advierte ante el dolor
que desgarra ante el miedo
 Y te deshaces en los suspiros
emerges de las profundidades
para sucumbir a la inestabilidad de tu frío
y quema,
o arde,
pero no es lo mismo
Desmiénteme
Gímeme en el hueco estrecho
entre mi cama y tu desnudez
en el vértice diáfano por el que traspasa tu pureza
mi fiel y duro cemento
Rómpeme 
a cachitos pequeños
para poder tragar con rapidez la amargura
del sentir y no tener
o tener entre los versos
y desvanecernos en la suspicacia
del perfume de las rosas
marchitas, muertas de amor
por no poder entender amar 
a aquellos que lo intentaron
pero no lo consiguieron