Y las palabras no salen. Los pensamientos parecen no tener lógica. 
La mente parece un bucle, un agujero negro del que nada sale, del que no encuentras cuál fue el principio ni puedes adivinar el final. No le encuentras el sentido, no encuentras nada. Todo parece una especie de broma macabra. Vivir y recordar, y no olvidar e imaginar, seguir pendiente de toda esta absurda fantasía, de esta puta realidad alternativa que crees posible. 
La voz sigue gritando silencios, no se escucha, nadie la escucha, pero tú continúas gritando, y gritas, y gritas cada vez más fuerte hasta desgastarte, hasta olvidar, pero nunca olvidas y todo se convierte en  un ciclo constante que no cesa y el entendimiento no alcanza.