La verdadera importancia.

¿Por qué pensar en el final si lo que importa son las caídas, y los golpes, y las magulladuras, y los arañazos, y los gritos a la nada, y las palabras en silencio, y los ecos de una voz que apenas se hace escuchar, y las lágrimas, las sonrisas, las miradas, los suspiros, los "Basta" y los "No pares"? ¿Por qué dicen que saben el final que quieren cuando no saben qué paso dar, no entienden el camino o no quieren darse cuenta de la importancia de los errores? No importa el comienzo ni el final, importa lo que se ha vivido, lo que se ha aprendido y lo que se ha disfrutado y sufrido en el transcurso de esa salida y esa meta. No importa el tiempo que ha durado, no importa lo breve y fugaz que ha podido ser, no es relevante si ha sido longevo. Importa la intensidad con la que lo has sentido. Importa el desastre que hay dentro de ti.