No digáis que, agotado su tesoro,
de asuntos falta,
enmudeció la lira;
podrá no haber
poetas; pero siempre
habrá poesía.
Mientras las ondas
de la luz al beso
palpiten
encendidas,
mientras el sol las
desgarradas nubes
de fuego y oro
vista,
mientras el aire en
su regazo lleve
perfumes y
armonías,
mientras haya en el
mundo primavera,
¡habrá poesía!
Mientras la ciencia
a descubrir no alcance
las fuentes de la
vida,
y en el mar o en el
cielo haya un abismo
que al cálculo
resista,
mientras la
humanidad siempre avanzando
no sepa a dó
camina,
mientras haya un
misterio para el hombre,
¡habrá poesía!
Mientras se sienta
que se ríe el alma,
sin que los labios
rían;
mientras se llore,
sin que el llanto acuda
a nublar la pupila;
mientras el corazón
y la cabeza
batallando
prosigan,
mientras haya
esperanzas y recuerdos,
¡habrá poesía!
Mientras haya unos
ojos que reflejen
los ojos que los
miran,
mientras responda
el labio suspirando
al labio que
suspira,
mientras sentirse
puedan en un beso
dos almas
confundidas,
mientras exista una
mujer hermosa,
¡habrá poesía!
Gustavo Adolfo Bécquer