Es demasiado extraño. Noto una presión en el pecho capaz de hundirme el corazón. Tal vez por ser la primera vez, tal vez por ser una estúpida al pensar que entre nosotros podía haber ocurrido algo, pero todo eso desaparece, se esconde, desvanece. Todo era perfecto, idílico, al hablar con él, una parte de mi mente imaginaba mil formas de quererle, de dejarme querer, mientras la otra luchaba por hacerme ver la realidad, recreando el sufrimiento de la gente cuando les rompían el corazón. Estaba confundida. Había creado un muro a mi alrededor , infranqueable, pero no lo suficiente. Su sonrisa , su voz, el perfume de su piel, su mirada. Cada vez que mi ojos se cruzaban con los suyos, mi mente se bloqueaba, era incapaz de pronunciar palabra, y el silencio inundaba el lugar. Notaba como pequeños escalofríos recorrían mi cuerpo, y mi cabeza imaginaba lo fácil que podía ser levantarme, mirarle fijamente, y robarle un par de besos. Pero la realidad era distinta, el miedo se apoderaba de mi mente. Fue posible hacerlo real, tal vez no, pero tenía miedo, y ahora me castigo al pensar que por mi culpa perdí esa oportunidad. Ahora ya es tarde, demasiado. Puedo esperar, sí, pero, ¿Qué gano? ¿Sufrir más? Pero la pequeña posibilidad que existe, me impide olvidarle, pasar página. Está en mis pensamientos, en mi sueños. Cada vez que cierro los ojos, le veo, le imagino al lado mío, imagino mi sonrisa provocada por la suya, regalándome sus besos entre risa y risa.
La única alternativa que encuentro es hacerme más daño, para convencerme de olvidarle. Repaso todas su fotos, con ella, sus besos plasmados en fotografías, sus conversaciones, donde afirman lo mucho que se quieren. Me estremece el corazón, se encoje, y sin pensarlos, sin quererlo, mis ojos se inundan de lágrimas, que recorren mi tez, precipitándose hasta caer al vacío.
Era todo tan fácil antes de conocerle. Las típicas preocupaciones de la juventud, sin importancia alguna, era lo único en que podía preocuparle a mi razón. Y ahora, en tan poco tiempo, sin darme cuenta de como ha ocurrido, todo ha cambiado. De pronto aparece, y lleva todo mi mundo a otra latitud, cambia el sentido de mi vida, se convierte en el objeto de mis pensamientos.
Miro hacia el pasado, y no entiendo como pude cometer ese error, tenía claro que jamás iba a permitir que me ocurriese algo parecido, sin embargo, sucedió.