Hoy...
Hoy dejo marchar a mi sombra, la copia inexacta de mis defectos.
Hoy le doy permiso para que huya, se desligue de mi cuerpo, baje de este escenario y olvide su papel.
Hoy quiero que empiece a caminar por delante de mis pasos y aprenda a esquivar la luz que le obliga a colocarse detrás de mí.
Quiero que grite y reclame todo aquello que los de arriba nos han arrebatado a los de abajo, que critique las injusticias impuestas que maquillan y tachan de democráticas,
vull que lluiti per la nostra terra,
per la nostra mar...
Que haga suya a la noche, que la use, la deshaga y malgaste el tiempo recorriendo las calles de la ciudad en invierno.
Quiero que escuche los susurros del viento, que hable con las malas lenguas y se emborrache con tequila hasta vomitar verdades.
Quiero que una tarde cualquiera, sin avisar, sin cita previa, decida volver con el último suspiroy traiga en sus labios los versos perdidos cautivos de miradas, de cuerpos desnudos.
Pero no escucha, no entiende el eco vacío de mi voz, no llegan a ella los silencios que esconden mis miedos, que ocultan la inevitable necesidad de encontrar el reflejo de la imagen incandescente de la luna en la ventana del alma. Permanece paciente detrás de mis talones esperando el momento exacto en el que poder empujarme al vacío,
cuando mi ego se reduzca a silencio, y el silencio, al aroma embriagador de su recuerdo.